"Nunca llueve a gusto de todos"

Las palabras son bichos que se mueven en tu cabeza
dando vueltas hacia ninguna parte
cuando ya llevas cuatro horas estudiando;
entonces uno le dice a otro:
"acaricia la luz, huélela".
El otro va y lo hace.

Una bombilla se vuelve un entretenimiento para no estudiar
y pasan las horas filosofando sobre el papel de plata.

Pero se ha aprovechado el tiempo.

Aunque ya han terminado los exámenes, queda la foto
de este hombre que se está comiendo la luz de la bombilla.

Cuando menos lo esperas
las casualidades del destino
se vuelven verde, verde césped.

Ella.