miércoles, mayo 16, 2007








Bajo tierra









una anciana
decrépita
replegada
sobre sí misma
perdida
entre la piel
aún suspirando
los últimos
hálitos de vida
desde esa boca
entreabierta
como
un cubo de basura
mal cerrado,

en el fondo
de sus cuencas
dos ojos opacos
y una mirada vacía,
sin esperanza,
renunciando vivir

ladea su cabeza
sin punto fijo
pasando por mí
como por aquel
y aquel otro,
parando
tiempo suficiente
para provocar
repulsión

a su lado
sentada una joven
con la cara hinchada
por los abundantes
e irritados folículos
absorta en la lírica
del periódico deportivo,

el traqueteo del metro
desequilibra
ese viejo
saco de huesos,
la joven se aparca
a tiempo
para que caiga al suelo
y paso sobre ella
sin querer pisarla
pero sin importarme
porque he llegado
a mi parada

cuando salgo
aún veo moverse
eso que parecía inerte,
sólo esos pellejos
y los ojos hundidos
en las profundas cuencas
observándome
mientras el tren
se alejaba.

1 comentario:

Anónimo dijo...

xDDDDD

Genial, brutal!!!!!!!!